Tres Cosas Que Me Han Gustado #3: el premio de hacer cosas que no venden
Si Houston es la mejor defensa de la NBA, es por ellos. Si los Raptors molan, es por él. Si los Hornets no son una banda, no es por LaMelo.
Bienvenidos a Tres Cosas Que Me Han Gustado, la sección de los lunes que sirve para repasar tres detalles de las últimas dos semanas NBA que me han llamado la atención, casi siempre, positivamente. Lo primero de todo, pido perdón porque no tuvierais el artículo al despertar en vuestra bandeja de entrada, pero tras seis noches seguidas con partidos a las 22:30 y dormir un promedio de seis horas, era por un tema de salud mental. Y ahora sí, vamos a lo importante. Hoy he elegido una que me queda muy cerca, aquí en Toronto, una que refuerza una decisión del draft y la primera, la defensa más terrorífica de la NBA. Y no, no son los Thunder. Pero antes, spam.
#1 Amen y Tari, “Terror Twins”
En su año en Boston, Ime Udoka se descubrió al mundo entero como un referente defensivo. No sé si al nivel histórico de Tom Thibodeau, pero casi. Y en Houston ha tardado lo justo en recuperar su esencia, pese a tener jugadores como Jabari Smith Jr., Jalen Green o ¿Alperen Según? La clave para que los Rockets sean la segunda mejor defensa de toda la NBA, y más cerca de Oklahoma que del resto de franquicias, está en parte en el banquillo. La pareja Amen Thompson y Tari Eason es, desde principio de temporada, un riesgo para cualquier sistema ofensivo por capacidades físicas, talento y envergadura.
Amen Thompson está en el percentil #98 en D-EPM, por encima de Mobley y Draymond Green. Tari Eason está un peldaño más abajo, en el #97 (como Fred VanVleet), justo delante de Anthony Davis. ¿Locura? No, la verdad que no. La pareja ha sido correctamente denominada “Terror Twins” por su parecido físico y el miedo que causan a los jugadores en ataque, son la gran noticia de unos Rockets que viven de la defensa. Entre los dos se combinan para 3.3 robos, 1.8 tapones (5.1 stocks...) además de estar en dobles figuras en anotación (11.8 Eason, 11.3 Thompson). Porque lo pueden hacer todo.
Tari Eason ha defendido 159 tiros, de los cuales su matchup ha metido solo 67, para un 42.1%. Les reduce los porcentajes a sus rivales un 4.6%, que parece mucho, pero es la menos de la mitad de lo que lo logra Amen Thompson: 35.1% (-9.6%). No hay en la NBA una pareja que se combine para mejor marca, y solo Chet Holmgren (-7.6%) y Lu Dort (-5.8%) están cerca, que no está mal teniendo en cuenta que uno es candidato a DPOY y el otro All Defense de manera constante. Eason es el quinto jugador con más deflections y Thompson el tercero del equipo, con VanVleet arriba.
Y siempre desde el banquillo, reforzando la ideología de Ime Udoka de jugar al cambio defensivo con la polivalencia que se permiten perfiles como ellos. Los Rockets son el equipo que peor eFG% permiten al rival, empatado con Golden State, y el quinto que más pérdidas causa. Solo Oklahoma y los Rockets tienen al rival por debajo del 60% desde la zona restringida (58.6%, nadie más baja del 61.3%) y el 37.3% desde la pintura es también la segunda mejor marca... tras ¿Washington? Yo tampoco lo entiendo. Son el segundo equipo que menos triples permite desde la esquina lanzados y el que menos anotados.
Párrafo especial, si hablamos de la defensa de los Rockets, para Alperen Sengun. El turco no es, ni por asomo, un gran defensor, pero Udoka ha sabido usarlo imitando el método Robert Williams. El 30% de los minutos de Sengun son defendiendo a un guard, según NBA tracking, y solo el 27.8% del tiempo lo pasa junto al interior rival. Y no, no es lo normal. Pero no sé queda con guards como Steph Curry o Jaylen Brown, dos de los exteriores más defendidos por pívots; se queda con los que no saben tirar.
Esa estrategia, que Udoka usó con Robert Williams en 2022 y que entrenadores como Joe Mazzulla han imitado (¿o se la inventó Joe, asistente de Udoka?), permite que Sengun juegue liberado. Que pueda pasear por la zona sabiendo que su jugador no es una amenaza, y proteger el aro mejor. Lu Dort, Josh Hart, Kris Dunn... y sobre todo, Ben Simmons. Lo explicaba a las mil maravillas Owen Phillips en su newsletter.
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